Durante mucho tiempo los mercados públicos y los tianguis fueron los principales centros de abasto para la población en general, sin embargo, los procesos de urbanización y la liberalización de la economía mexicana, iniciada en la década de 1980, han ido transformado el escenario del comercio al detalle, a partir del surgimiento de las tiendas de autoservicio, los centros comerciales y supermercados modernos (Garza, 2013).